La Palma esconde tesoros que vale la pena descubrir, le sobran motivos para mantener su apodo de Isla Bonita.
El Volcán de San Antonio es visita obligatoria, situado en el municipio de Fuencaliente es uno de los protagonistas del paisaje volcánico de la zona. Su última erupción se fecha en 1677. Se puede bordear su cráter a pie y llegar a un mirador desde dónde se puede ver el Faro de Fuencaliente y las coladas de la erupción del Teneguía.
A los pies del faro se encuentran las Salinas de Fuencaliente. Estas salinas son las más modernas de las Islas Canarias, iniciadas allá por los años 60.Su sal es muy apreciada en las cocinas de las islas.
La erupción que dio la forma actual al volcán Teneguía comenzó el 26 de octubre de 1971 y duró apenas un mes. Bastante corta teniendo como precedente la que duró 6 años en el siglo XVIII en lo que hoy es el Parque nacional de Timanfaya en Lanzarote.
La Palma es un destino ideal para los amantes del monte y de los senderos, para todos los gustos y niveles.
Entre los más populares los Nacientes de Marcos y Cordero, el Cubo de la Galga o Los Tilos. Estos forman una de las masas de bosque de Laurisilva que le valieron a la isla, la denominación de Reserva Mundial de la Biosfera.
Si hay un lugar imprescindible en la isla esa es la Caldera de Taburiente, el lugar que le da forma a la silueta que forma la isla en el horizonte. Está en el centro de la isla, tiene 7 km de eje máximo y su cráter se encuentra entre los 600 y los 900 metros sobre el nivel del mar. Los bordes de su cresta rocosa alcanzan los 2.426 metros en su punto más alto. Este punto es el llamado Roque de los Muchachos, dónde se ubica uno de los telescopios astronómicos más importantes del mundo, el GRANTECAN (Gran Telescopio Canarias).