El ser humano tiene tras de sí mucha historia, y aunque solo podemos refutarnos en los hechos escritos, son muchas las mujeres que, en el absoluto anonimato, han influido en la sociedad tal y como la conocemos hoy en día.

La evolución de la gastronomía ha sido constante durante el paso de los siglos. Conocemos muchos nombres masculinos importantes en este hecho pero, ¿y las mujeres? ¿Qué papel desarrollaron ellas en la gastronomía de la historia de la humanidad?

Hagamos un breve recorrido por la historia de la gastronomía para entender la importancia de la mujer en la misma.

El cambio radical producido en Mesopotamia

La mujer era el elemento central de la sociedad, mantenedora de culto y de la organización de las civilizaciones. Sin embargo, poco a poco se fue transitando desde el matriarcado para dar paso al patriarcado.

Es en Mesopotamia donde nacen las actuales religiones y las ideologías políticas que conocemos hoy en día. Fue entonces cuando la mujer pasó a estar desplazada totalmente. Pasó a encargarse de las labores domésticas, entre las que se encontraba preparar la comida.

Hay que tener en cuenta de que entonces el 80% de la población vivía en un ámbito rural, es decir, la producción y elaboración de alimentos era la base de la economía y la supervivencia. Y en ello, la mujer tenía mucho que ver.

Los años transcurrieron sin mucho cambio en el panorama hasta la conquista de América. Ahí, poco a poco, la mujer acapara otras responsabilidades debido a los casamientos convenientes de la época: repoblar el mundo.

Mujeres que fueron conquistando la gastronomía

El escenario de las mujeres en general -y en la gastronomía en particular- era desalentador. Sin embargo, algunas mujeres supieron aprovechar una posición ventajosa como ser esposas o favoritas de personajes influyentes para destacar sobre sus contemporáneos.

Lacusta, una cocinera peligrosa.

Aunque no era cocinera, se manejaba muy bien en la cocina. Tanto, que era experta envenenando alimentos. Precisamente ella fue la responsable de la muerte del emperador Claudio. Lo hizo sirviéndole una ponzoña en un plato de setas.

Teodora Ana Ducaina y el tenedor.

Teodora era una princesa bizantina que llegó a Venecia en el siglo XI. Hasta entonces, tanto en los banquetes como en la vida privada, se comía con las manos. Sin embargo, Teodora impuso el uso del tenedor, algo proveniente de la cultura oriental a la que pertenecía.

Francisca Sánchez, la cocinera real.

Una reconocida cocinera que sirvió a Carlos III y a las princesas. Gracias a su trabajo, consiguió subidas de sueldo, e incluso una asignación fija.

Las mujeres de los conventos. La gastronomía más tradicional.

Muchas congregaciones y conventos se dedicaban a la repostería. Fueron inventoras de grandes recetas que hoy en día son tradición y, además, se encargaban de su comercialización, algo disruptivo para la época.

Escritoras gastronómicas del siglo XIX y siglo XX.

Con la incorporación al mundo laboral por parte de la mujer, se creó una nueva necesidad que sustituyera el tradicional boca a boca de abuelas a madres y de madres a hijas. Hacía falta libros de recetas, recetas nuevas, diferentes y tradicionales. De ahí surgieron muchas mujeres escritoras gastronómicas.

Las mujeres a pie de guerra

Actualmente queda mucho trabajo que hacer para conseguir la igualdad de género en cualquier ámbito de la vida, también en la gastronomía. Sin embargo, vamos por buen camino. Actualmente encontramos muchos referentes femeninos que logran el éxito en un mundo generalmente dominado por hombres. Lo cierto es que la gastronomía es lo que es, por el trabajo de la humanidad: hombres y mujeres. Aunque estas últimas hayan tenido menos visibilidad.

En Agap os proponemos visitar a cualquiera de nuestros asociados para celebrar el Día de la Mujer. Trabajaremos cada día para conseguir la igualdad absoluta. No olvides visitar nuestra página web para conocer más de cerca nuestro trabajo y ponte en contacto con nosotros frente a cualquier duda.